Astrolabio Político
“El exceso es el veneno de la razón.” – Francisco de Quevedo y Villegas.
Cuando en el 10 de marzo de 2021 arribaron las primeras dosis de vacunas contra el Covid-19 a Veracruz, un desafortunado evento provocó de igual manera una serie de desafortunadas declaraciones, que a la postre, por esas meras casualidades del destino, abrió la puerta a lo que parecieron acciones plenamente concertadas por el Estado en contra de actores políticos de oposición.
Así, un incidente por la presencia de la suegra del alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez en uno de los centros de vacunación AntiCovid, desató la reyerta.
Mal informado por el responsable de la política interior el mandatario estatal, Cuitláhuac García Jiménez habría vertido comentarios de forma infundada, pues se confirmó incluso con vídeo, que la presencia de la señora en la fila había sido legal, pues acreditó vecindad en el municipio, así como su lugar el cual un empleado le reservó y una noche antes la misma suegra del munícipe llegó a ocupar, para la mañana siguiente ser vacunada.
La declaración del Ejecutivo Estatal desató una respuesta inusitada e inesperada del alcalde de Veracruz, quien inclusive llegó a llamar en 9 ocasiones “estúpido” al Gobernador, como quedó en evidencia a través de una entrevista https://fb.watch/9zZTt0YLtq/
Ese pequeño incidente, propició que días después se iniciaran esa extraña cadena de coincidencias, que hasta ahora no dejan de sorprendernos a los veracruzanos.
El 13 de marzo, por azares del destino era detenido en Tuxpan, el ex secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, tras un impresionante operativo, el cual no dio en un principio los resultados que esperaban, pues el perredista contaba con un amparo que lo protegía de la acción de la justicia.
Para ello, coincidentemente, días antes el Congreso de Veracruz había modificado el Código Penal veracruzano para reformar el delito de “ultrajes” como grave y con ello, consumar casualmente la detención del político opositor.
Todo esto sucedió –casualmente- mientras se comenzaba a desarrollar un proceso electoral que culminó el 6 de julio de este mismo año, con los resultados apabullantes en favor de Morena, que ya todos conocemos.
Casualmente, días más tarde, a la detención de Franco Castán, se operó la detención de otros actores políticos en diversas regiones del estado, desarticulando de alguna manera a la oposición más recalcitrante.
Esas malditas coincidencias de la vida que acompañan a los políticos se volvían a presentar.
Como era de esperarse la respuesta a tan lamentables detenciones llegó acompañada de las reacciones mediáticas de parte del grupo Yunista, ese que conformó el gobierno estatal anterior, y con el que se identificaban los “presos políticos” como se les calificó al instante.
Tras el paso de los meses, las acciones continuaron, al punto tal de convertir a Veracruz en la entidad con más presos políticos detenidos injustamente –al menos así lo han calificado diversas asociaciones, grupos políticos y sociedad-, lo que lo convierte ya en un símil de la Nicaragua “Sandinista” de Daniel Ortega.
Este fin de semana, casualmente ocurrió una nueva y extraña casualidad.
Mientras el tiempo recorre su inexpugnable cita, la resolución de la elección municipal del Puerto de Veracruz –bastión Yunista- avanza, sin que al parecer la sentencia sea favorable para dicho grupo político.
Nuevamente por casualidad, el Partido Acción Nacional (PAN) disputa su dirigencia estatal, y ambos grupos vuelven a toparse de frente.
Por un lado, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés “El Chapo” identificado señalan con el Gobierno de la 4T y por el otro, Tito Delfín Cano, aliado de los Yunes panistas, con quien buscan retomar el control de ese partido.
La detención de Tito Delfín por elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE), acusado por presunto daño al erario mientras fuera alcalde de Tierra Blanca, abre la puerta a las suspicacias.
Dicen que en política no existen las casualidades, y resulta que aquí, esas casualidades del destino se han presentado en una desafortunada cadena de coincidencias.
Bien señala el refrán popular “piensa mal y acertaras”.
¡Usted concluya!
Sextante.
Mediante una carta firmada –misma que anexamos fotografía- por la esposa e hijas de Gregorio Gómez, se hace la extensa suplica a Manuel Bernal Rivera y a Yazmín de los Ángeles Copete Zapot, no emplear el nombre del hoy detenido por así convenirle a sus intereses jurídicos.
Menudo revés para este par de personajes que han tomado como bandera la defensa mediática de Rogelio Franco, y quienes más lo emplean con fines políticos y partidistas que en su defensa.
La sensatez en momentos jurídicamente complicados forma parte de las mentes claras y pensantes, pues los tiempos para hacer la guerra o para negociar la paz también son cosa de ciencia.
Al tiempo.
Twitter: @LuisBaqueiro_mx