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Reciba lo que necesita

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            “Yo pedí fuerza y Dios me dio las dificultades para hacerme fuerte. Yo pedí sabiduría y Dios me dio problemas por resolver. Yo pedí prosperidad y Dios me dio inteligencia y músculos para trabajar. Yo pedí coraje y Dios me dio obstáculos para superar. Yo pedí amor y Dios me dio personas con problemas a quienes ayudar. Yo pedí favores y Dios me dio oportunidades. Yo no recibí nada de lo que pedí, pero he recibido todo lo que necesitaba”.

            Vivamos nuestra vida sin miedo, sin preocupaciones, sin temores y enfrentemos con inteligencia y coraje todos los obstáculos y dificultades y demostrémonos que podemos superarlos. La vida es como un tobogán donde fluye todo lo necesario e innecesario para disfrutarla o padecerla, según como usted prefiera verla. Son tantos los temores y las dificultades que enfrentamos a diario en nuestra vida, que no nos detenemos a pensar que hay más gente que también padece sus propios temores y dificultades. No somos los únicos, pero tampoco estamos solos. Los problemas los vivimos a diario, desde los más pequeños y comunes, hasta los más difíciles y graves, y todos debemos enfrentarlos y todos tienen solución. No entendemos quizá porque tanta gente en condiciones favorables de trabajar, prefiere delinquir. Tal vez no podamos entender muchas otras cosas más que suceden a diario, y que son parte ya de nuestra vida cotidiana. No obstante, no pretendo con esto sugerir que debemos aceptarlas sino afrontarlas, enfrentarlas y buscar una solución al respecto, a través de promover desde el interior de nuestra familia, mejores niveles de educación para nuestros hijos y parientes más cercanos. “Todo mundo piensa en dejar un planeta mejor para nuestros hijos… Cuando lo que debería pensar es en dejar Mejores Hijos para el Planeta.”, reza el pie de una caricatura brasileña, ganadora de un importante premio. Los hijos aprenden del respeto y la honra que observan dentro de casa, donde reciben el ejemplo de su familia, así aprenden a vivir en su país, a convivir en sociedad y se vuelven adultos comprometidos en todos los aspectos, inclusive en respetar el planeta donde viven. Sin embargo, tenga presente que de qué nos sirve que actualmente tengamos mayor preparación si tenemos menos sentido común, más conocimiento, pero menos discernimiento. Tenemos más libros, virtuales y físicos, pero pocos leemos. Tenemos más medicinas, pero menos bienestar y salud. Leemos demasiado poco y vemos demasiada televisión. Aumentamos nuestras posesiones. pero disminuimos nuestros valores. Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Hemos agregado años a nuestra vida, pero no vida a nuestros años. Tenemos ingresos más altos pero moral más baja.

Busque el conocimiento, lea más, siéntese al frente de su casa y admire la vista sin pensar en sus necesidades. La vida está hecha de momentos para disfrutar, no para sobrevivir. Recuerde que uno de estos días, tal vez ya no estemos aquí para vivir. Deje de acumular pertenencias, riquezas y ayude más a los demás, y viva una vida mejor. Seamos más complacientes y tolerantes con nosotros mismos y con los demás. Reciba todo lo que necesita y usted mismo se lo agradecerá. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).