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El propósito de la lectura.

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            “He leído muchos libros, pero me he olvidado de la mayoría. Entonces, ¿cuál es el propósito de la lectura? Esta fue la pregunta que un alumno le hizo una vez a su Maestro. El Maestro no respondió en ese momento. Sin embargo, después de unos días, mientras él y el joven alumno estaban sentados cerca de un río, dijo que tenía sed y le pidió al joven que le trajera un poco de agua con un colador viejo y sucio que había en el suelo.

            El alumno se sobresaltó, porque sabía que era un pedido sin lógica. Sin embargo, no pudo contradecir a su Maestro y, habiendo tomado el cedazo, comenzó a realizar esta absurda tarea. Cada vez que sumergía el colador en el río para traer un poco de agua para llevar a su Maestro, ni siquiera podía dar un paso hacia él, ya que no quedaba ni una gota en el colador. Lo intentó y lo intentó decenas de veces, pero por mucho que trató de correr más rápido desde la orilla hasta su Maestro, el agua siguió pasando por todos los agujeros del tamiz y se perdió en el camino. Agotado, se sentó junto al Maestro y dijo: −No puedo conseguir agua con ese colador. Perdóname Maestro, es imposible y he fallado en mi tarea. −No, respondió el anciano sonriendo, no has fallado. Mira el colador, ahora brilla, está limpio, está como nuevo. El agua, que se filtró por sus agujeros, lo ha limpiado. Cuando lees libros, prosiguió el viejo Maestro, eres como un colador y ellos son como agua de río. No importa si no puedes guardar en tu memoria toda el agua que dejan fluir en ti, porque con los libros, sin embargo; con sus ideas, emociones, sentimientos, conocimientos, la verdad es que encontrarás entre sus páginas, el agua que limpiará tu mente y espíritu, y te convertirán en una persona mejor y renovada. Este es el propósito de la lectura”.

            Bella reflexión de autor desconocido que nos incita a leer, a continuar leyendo, a no dejar de leer, para jamás dejar de aprender. Es cierto, de las lecturas en los libros muchas veces es que olvidamos contenidos exactos, personajes, situaciones, estilos, pero nunca dejamos de aprender, de cultivar nuestro espíritu y aportar conocimiento, luz y entendimiento a nuestros semejantes cuando lo requieren. Con la lectura, créame que ha de sorprenderse de las nuevas capacidades que habrá de proporcionarle; sin duda ha de ampliar su criterio, hacerlo reflexivo en el actuar, enriquecerá su vocabulario y su fluidez verbal se hará notoria. Le sugiero que si por falta de tiempo o exceso de trabajo no acostumbra leer, haga un esfuerzo y lea, aunque sea una o dos páginas diarias de un buen libro; y al menos, también inculque en nuestros jóvenes el gusto por la literatura, para que ellos conozcan no solo a los personajes creados por los autores sino las obras completas; para que alimenten su conocimiento con cimientos sólidos. Deje también de adquirir y llevar a casa revistas populares que lejos de cultivarlo deforman su lenguaje y no le instruyen en nada. Piense que, leyendo limpiará su mente y su espíritu, para moldear sus ideas y ser cada día una mejor persona. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).