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A manera de humor.

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            La precisión en el lenguaje está ligada estrechamente al conocimiento que tanto transmisor y receptor deben tener del código que van a establecer en la comunicación. Por ejemplo, Las letras D. F. significaban para todos aquellos que las conocíamos en esta abreviatura, las palabras “Distrito Federal”, antes de que cambiara a CDMX., o Ciudad de México, pero para alguien que no conozca tal abreviatura, puede significar tantas cosas como se les ocurran. Veamos porque la precisión de los términos es importante. He aquí lo que puede suceder cuando el receptor desconoce por completo el código con el cual se expresa el transmisor.

            “Una familia que veraneaba en Escocia, vio una casa de campo en venta y decidió comprarla. Aunque ya habían hecho un recorrido por ella, no recordaban, en el momento de la compra, el sitio exacto donde estaba ubicado el W C., por lo que preguntaron al vendedor donde estaba ese servicio. El vendedor, un pastor protestante, desconocía el significado de W. C. y lo confundió con Wesley Chaple, capilla anglicana que también podía identificarse con las letras W. C. El vendedor contesto con una amable carta, redactada en los siguientes términos: W. C. está a 11 kilómetros de la casa. Es algo molesto si se tiene la costumbre de ir con frecuencia, pero les agradará saber que mucha gente lleva su comida y permanece allí todo el día. Caben 300 personas sentadas cómodamente y el comité ha hecho asientos de terciopelo para mayor comodidad de los asistentes. Los que disponen de tiempo, se van a pie y los demás en tren, pero todos llegan en el momento preciso. La última vez que estuvo mi esposa, hace cosa de 10 años, se vio obligada a permanecer todo el tiempo de pie. Yo casi nunca voy. Hay localidades especiales para señoras, las que siempre son precedidas por el ministro, quien les presta cuanta ayuda y asistencia sea necesaria. Los niños se sientan todos juntos y cantan a coro. A la entrada les dan a todos un papel y las personas que no alcanzan, pueden utilizar el del compañero de asiento, aun cuando al salir todos tienen la obligación de regresarlo, pues se usara para otras personas. Hay fotógrafos especiales que les toman fotografías en diferentes poses, las que son publicadas en los principales diarios de la ciudad en la sección de sociales”.

            A manera de humor, este es un simpático ejemplo de lo que podría generar una confusión. Imagínense las caras de desconcierto que habrán hecho los miembros de la familia que compró la casa al leer la carta, además del entretenido doble sentido que puede aplicarse en la lectura de la misma. Tengamos mucho cuidado con las confusiones y el doble sentido, pues en la mayoría de las veces es de muy mal gusto y además denota descortesía, cuando entre los interlocutores se encuentran personas con las que no se tiene la suficiente confianza. Así es que ¡abusados! ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).