China, país que desde hace algunas semanas vive un rebrote de casos de COVID-19 debido a la variante Delta, no registró este lunes ningún contagio local nuevo por primera vez en un mes.
El gigante asiático, que había controlado la expansión de la enfermedad desde la primavera de 2020, registró desde julio varios casos a pesar de las estrictas medidas sanitarias en vigor.
El brote, que fue localizado en el aeropuerto de Nankin, al este, se extendió a la mitad de provincias del país y, aunque solo se registraron unos mil enfermos, provocó el confinamiento de varios millones de personas.
Tras la aparición de los primeros casos de COVID-19 en el país, a finales del 2019, se trata del brote más importante en términos geográficos.
Y es que Pekín y la ciudad de Wuhan, el primer lugar del mundo donde se impuso un estricto confinamiento a sus 11 millones de habitantes, se vieron afectadas por este foco.
Este lunes, China no registró ningún caso en su territorio, algo que no sucedía desde el 16 de julio, pero sí hubo 21 contagios “importados”, es decir de personas que han regresado del extranjero y han dado positivo.