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Responsabilidad y violencia.

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            “La calle está sola y el viento levanta el polvo de las aceras, la gente está en casa temerosa, los negocios cierran y el desempleo cunde por todos lados. Algunos empresarios se han puesto a salvo en el país vecino, otros emigraron al sur, los demás nos quedamos, quizás como decía el sabio griego, Cuando la muerte es, tú no eres y cuando tú eres, la muerte no es, ¿por qué preocuparse?

            Fin de semana 27 muertos en 24 horas, nuevo récord; cientos de pequeños empresarios secuestrados, dueños de ferreterías, abarrotes, lavados de carro, consultorios médicos, restauranteros, notarios públicos, viviendo el infierno de la incertidumbre del mañana, familias enteras sumidas en el dolor más profundo que pueda sentir al saber que su ser querido está en manos criminales. Los merolicos de los medios de comunicación reclaman seguridad al gobierno, lo mismo la sociedad clama seguridad y ¿cómo dar seguridad? ¿Habrá de poner un policía por cada habitante para asegurar que nadie delinca? Y este policía ¿será seguro o habrá que ponerle también un policía? Vemos crímenes espectaculares; descabezados, destrozados, mutilados, y me gustaría hacerle una pregunta a usted sobre estas bestias humanoides. ¿Qué debe pasar para que un hombre normal se transforme en una bestia como estas? Quienes han visto a estos sicarios los describen como gente joven de 15 a 25 años. Todos nos preguntamos ¿dónde está la autoridad? ¿Por qué no hace nada el presidente? Y muchas preguntas similares, pero no escucho estas preguntas: ¿Dónde estuvo la madre y el padre de estos niños? ¿Dónde estuvieron sus maestros? ¿Dónde estuvieron sus hermanos? ‘Nadie se acuesta siendo un buen niño y despierta siendo un asesino desalmado, la transformación es un proceso paulatino’. Es tiempo que dejemos de buscar culpables en otro lado y asumamos la responsabilidad de tolerar una sociedad que se fue corrompiendo y no hicimos nada por evitarlo. Nos volvimos padres permisivos y comodinos, es mejor hacerte de la vista gorda y no tener un problema con el verdugo de tu hijo o de tu hija. Buscamos su aprobación y su aceptación. ‘Pos’ claro, no ‘semos’ mochos, ni retrógrados, si los medios hacen su lana promoviendo el sexo, ‘pos’ ya ‘semos’ adultos, faltaba más, si los muchachos se están apareando sin control, ‘pos’ es que ‘semos’ re modernos, open mind bato. ¿Qué? ¿A poco te asustan las madres solteras? ¡Huy eres de la vela perpetua! Muchas mujeres, coleccionan hijos de diferentes padres y tantos otros muchachos presumen y compiten por ver quién embaraza a más muchachas. Mujeres abandonadas que se prostituyen para mantener a sus crías, hijos que crecen con la vergüenza y el abandono de sus padres. Mujeres que trabajan y dejan abandonados a sus hijos, inermes a las bajas pasiones de sus vecinos o de sus mismos familiares, padres irresponsables, niños que crecen acumulando odio y desprecio por la sociedad. Nos burlamos de la decencia y el decoro, sacamos a Dios de nuestra casa y lo más triste es que también lo sacamos de nuestra vida, eliminamos el policía interno que le llamaban conciencia y hoy todo se puede, entre más depravado, mas inn. El Instituto Municipal de Seguridad Pública de Juárez entrevistó a cientos de delincuentes jóvenes, ladrones, asesinos, violadores, narcotraficantes, casi la totalidad de ellos venían de hogares disfuncionales y buscaban en las pandillas la aceptación que no tenían en su hogar, las pandillas los obligaban en un principio a delinquir, después le tomaban gusto a la adrenalina y al sentimiento de poder que da el acto de dominar a otro. Es cierto que estamos ante un vacío de autoridad y señores debo de decirles que la autoridad nace en el hogar, si, aunque se rían, la autoridad reside en los padres y las conductas de autoridad que deben tomar esta en la moral, en esa palabra tan vituperada y ridiculizada, en la moral señores. En la moral, en ese compendio de buenas costumbres que la humanidad ha ido acumulando en siglos de vida y que hoy tiramos al caño porque ‘semos’ modernos; hoy el grito de la juventud es ‘Tener sexo y echar a perder todo a tu alrededor al fin que ya se acaba el mundo’. Los padres se quedan impávidos e inmóviles, nuevamente buscando la aceptación y la aprobación de los hijos, para estar en onda; ‘no sea espantado compadre, son los nuevos tiempos’. La única solución al grave problema que hoy tenemos es regresar a ese compendio de buenas conductas, a los valores universales, a la responsabilidad, al respeto a sus semejantes, al civismo, al control de nuestros hijos, a exigir a los medios de comunicación y a los legisladores que dejen de pasar tanta asquerosidad por televisión, que dejen de excitar a nuestros hijos; vigila a tus hijos, tanto en lo que ven por la televisión como en la computadora, vigila sus amistades, vigila sus sentimientos, hasta hacerte su amigo, su confidente, pero nunca olvides que eres su padre, el vigilante en este mundo de esa criatura de la que tú decidiste hacerte responsable. El valor y los principios de la moral familiar no tienen precio”.

            Esta reflexión de autor desconocido, quien nos plantea esa decisión nuestra de detener esta mala práctica política, esta violencia sin sentido; pero sobre todo dejar a un lado esa indulgencia con la que educan a sus hijos, recordemos que nosotros fuimos educados con mayor rigor y ahora somos gente de bien y díganme si alguno de ustedes creció con algún trauma por eso. Estamos en la era moderna donde todo lo queremos resolver con psicólogos, olvidando que antes las cosas no se resolvían así. No pongo con esto en tela de juicio el desempeño profesional de quienes se dedican a esa loable labor. Todo lo contrario. Pero sigo siendo partidario de la manera en que nos educaron que, sin que raye en los extremos, una nalgada o dos cuando es necesaria, nunca traumó a nadie. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).