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Sacrificio, consustancial del cristianismo

Por Luis Martínez Wolf.

Barloventeando

¿Dónde se encuentra Dios?

¿Qué donde se encuentra Dios?, no lo puedo explicar, más si alguien me pidiera que para demostrarlo lo fuese yo a buscar, no buscaría en el cielo, ni buscaría en la tierra, si quisiera encontrarlo, lo buscaría en el mar.

 Mar de noches de luna, mar de noches serenas, mar de ensueño, de verso y de canción; de cuentos de sirenas que juegan con la espuma, de ojos verdes que viven en la contemplación.

Mar de noches obscuras, terrible, tempestuoso, mar de furia sin freno, mar de desolación, de leyendas de espantos, de historias de medusas, sin color de esperanza, sin nada de ilusión.

Por ser tanto y a un tiempo tan poco poder ser, por eso allí le ha dado lugar mi fantasía, le ha erigido un palacio de perlas y coral; y si me preguntaran donde le encontraría, seguro contestaba, que en el fondo del mar.                                             Poesía de Antonia Martínez Wolf

Tiempos tempestuosos los que vivimos, imposible de saber las razones por la que los dioses o Dios unigénito decide castigarnos, es algo que supera la razón humana, el que sufra y muera un ser humano normal, normal desde el punto de vista del comportamiento y forma de entender nuestra existencia, llegamos a este mundo para cumplir una misión que ignoramos quién lo decidió y las razones por la que se persiste en ser como somos. Fácil para los creyentes que tienen por norma existencial el libre albedrio y el origen divino de haber llegado a este mundo, pero la ingratitud del creador tiene a la humanidad fuera de orden, confundida.

Creer en la existencia de un ser creador es una cómoda actitud, le damos a él todas las condiciones que el existir nos impone, pero soportamos cosas buenas y malas. Y el creyente que se acoge a la gracia divina, decide por un lado entregar su existencia al creador porque así él lo dispone, pero los méritos y deméritos con los que nos hemos comportados, no sabemos quién los tasa, si es el libre albedrío la cosa va sencilla, pero si la fe hace creer o aceptar que lo que nos pasa es derivado de lo que dispone el creador, nos preguntamos: ¿Dónde se encuentra el Dios providencial que decide arrancarnos la vida sin motivo aparente y sin poderse justificar el dramático acontecer? ¿DIOS? ¿CRISTO?

Dejemos a un lado lo que el creador dispone en cuanto al existir de los seres civiles, creyentes, pero dedicados a una actividad apartada de las religiones, es entonces cuando repreguntamos ¿Dónde se encuentra Dios? EL SER creador que quita la vida a los fieles servidores y predicadores de su doctrina, día a día mueren sacerdotes, por causa de COVID19 y en forma irracional permiten que el culto se mantenga en los templos, propagando el virus y castigando a los fieles devotos que van a su casa a pedir clemencia sin encontrarla, pues los servidores de la fe están siendo ¿Castigados? ¡AGUAS!

Julio 13 del 2021      [email protected]      Luis Martínez Wolf