Perfilando
No cabe la menor duda que la impartición de justicia resulta muy, pero muy cara en Veracruz, al grado que cada magistrado y magistrada del Poder Judicial del Estado, les cuesta a las y los veracruzanos aproximadamente más de $350 mil pesos al mes.
Así tal cual.
Con salarios de $200 y $300 mil pesos mensuales, más bonos y gastos en general, estos funcionarios, se comen un presupuesto de $600 millones al año, si leyó usted bien, $600 milloncitos que son repartidos tan solo entre 34 personas, convirtiéndose en un lujo que en tiempos de crisis no se puede dar.
Los integrantes de esta “burocracia dorada” que aceptaron el cierre de los juzgados, pero se niegan rotundamente a la reducción de sus ingresos, intentan gozar de las ostentaciones a las que están acostumbrados, mismas que han jodido hasta el límite a la entidad.
El propio Gobernador del Estado Cuitláhuac García ajustándose a la política de austeridad, hizo lo propio con la reducción de sueldos en altos mandos del Poder Ejecutivo. Y en el Legislativo, posterior a la disminución del presupuesto, se espera que en el siguiente ejercicio los diputados busquen también disminuir sus honorarios.
Sin embargo, en el PJEV, pese a que muchos de ellos deben de su posición a la 4T, no permiten que los principios de austeridad se instituyan, traicionando incluso a quienes los apuntalaron para lograr su posición.
La crisis en Poder Judicial del Estado de Veracruz es real, y mientras 34 magistrados y magistradas tienen ingresos desproporcionados, se tendrá que hacer magia para garantizar el trabajo de una plantilla laboral que trabaja en un Poder a punto de la quiebra total.
En fin, ya veremos cómo les va, por lo pronto, las y los magistrados veracruzanos con todo y que algunos fueron propuestos por la “La Cuarta Transformación”, ni de forma voluntaria, ni solidaria pretenden dejar ir un solo peso de sus compensaciones.
Ellos se quedan como todos unos fifís con sus miles de pesos al mes, y de su trabajo, “pues ahí va”.
@IvanKalderon