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Las benditas aguas

Por José Antonio Medina Aguilar

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

Por Akiles Boy*

Después de año y medio trabajando en el Sur del Estado, regresaba a la Ciudad de las Flores. 1984 traía sorpresivos cambios en mi vida. En el trabajo, un ascenso y llegada a otra área con más oportunidades de desarrollo, me darían más seguridad y satisfacciones. Ese año también se incorporó Chucho a la misma oficina. En poco tiempo se afianzó el buen compañerismo con el antropólogo lingüista, y en las ocasiones que salimos  de comisión encontramos otras afinidades como la música. Él es músico por gusto y vocación, y en esa etapa, eventualmente se unía a un grupo que tocaba salsa en un centro nocturno de la capital. Algún día que me dio el aventón en su viejo Volkswagen, puso en el estéreo un casete grabado de bossa nova y seleccionó una canción, recuerdo bien, fue “Aguas de Marzo”, interpretada por la brasileña Elis Regina.

Esa canción es de la autoría del también carioca,  Antonio Carlos Jobim. El tema estrenado en 1972, casi a las tres décadas,  sería declarado como “La mejor canción brasileña de todos los tiempos”. Su compositor, también conocido como Tom Jobim, es considerado como uno de los padres o precursores del bossa nova (nuevo estilo), ritmo que surgió como un subgénero de la samba y el jazz, y que de forma rápida se extendió por el mundo.

En 1974, Jobim grabó con Regina el disco “Tom & Elis”, en el cual aparece la canción “Aguas de Marzo”, ese álbum, según los críticos de la música, es “el mejor disco de bossa nova editado”. Por su parte, Elis Regina (1945-1982), desde los siete años en la música, con el tiempo recibiría el reconocimiento de “la más grande cantante del Brasil”. Con una inconfundible voz en portugués, recorrió el mundo orgullosa de su País. La   que fuera también crítica del sistema político de su época, muere a los 36 años, en medio de una tragedia que deja sospechas sobre las causas del inesperado deceso.

De acuerdo con reseñas de estos dos grandes de la música brasileña, en ambos había de sobra sensibilidad y creatividad. En sus canciones o interpretaciones se muestra el amor por la vida y son cantos de esperanza para la humanidad. “Aguas de Marzo” ilustra ese movimiento cíclico, no renunciar a la esperanza, no cansarse de luchar, de amar y seguir en el camino, y como ya sabemos “después de la tormenta, viene la calma”. Siempre vendrá el verano “Son las aguas de marzo, es verano es canción, la promesa de vida, en tu corazón”

Hablando del agua y de las aguas, el tema es vigente y una preocupación en todas las naciones. En el Sur del continente en marzo se estaciona el verano y llegan las lluvias intensas que  reverdecen los campos. En esas fechas, en México estamos entrando en la primavera y comienza la temporada de calor, el cual se hace sofocante en algunas regiones para el verano, en que regularmente vienen las precipitaciones pluviales. Sin embargo, la realidad de hoy está alejada de esos marcados ciclos. En este mes de mayo, están ilustrando y anunciando una de las peores sequias en varios Estados de la República, mientras Veracruz y otras Entidades son azotadas por torrenciales lluvias, que ahora son caracterizadas por atípicas. ¿Tendrán razón los agoreros del desastre, que pronosticaron la crisis mundial por la escasez de agua, provocada por la incesante depredación del planeta?. Lo cierto, es que la tierra está presentando dramáticos cambios en el clima, que están afectando al medio ambiente y a los ecosistemas naturales, así como, la forma de vida de los humanos. A estas alturas no aprendemos la lección y seguimos montados en el egoísmo destructor y contaminante. Hasta la próxima. 

Mayo 13 de 2021

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.