Una de las causas de las crecientes pérdidas de los monopolios estatales: PEMEX y CFE, son las pensiones prematuras y superiores, 6 y 8 veces más, a las que reciben la mayoría de los mexicanos.
Ante la imposibilidad de pagarlas con recursos generados por esos monopolios estatales, las cubre la Secretaría de Hacienda con dinero de los impuestos.
Si no hubiera esa salida ya se hubieran declarado en quiebra o suspensión de pagos, PEMEX y CFE, que el gobierno las presume como empresas “del pueblo”, que es quien paga “los platos rotos” por los directivos de esas empresas, que tienen personal de sobra, aviadores, sobresueldos, compran a sobreprecios y hay una costosa corrupción, tolerada por anteriores y el actual gobierno.
El presupuesto de pensiones de la CFE en 2021 es de 47,146 millones y el de PEMEX de 65,351 millones. El total que pagarán los contribuyentes para cubrir esas pensiones privilegias de los monopolios estatales es de 112,497 millones de pesos.
Para tener una idea de la magnitud de esa cantidad, es la misma que gastará la Secretaría de la Defensa Nacional, 112,577 millones, 3 veces mayor al presupuesto de la Secretaría de Marina, 35,476 millones; el doble que la Secretaría de Comunicaciones y 55% mayor al presupuesto del Poder Judicial.
Esas pensiones, abusivas y privilegiadas, son producto de administraciones permisivas y corruptas en PEMEX y CFE, toleradas por el gobierno federal.
En el sexenio pasado lograron que el Sindicato de la CFE, ante la crítica situación de esa paraestatal, aceptara derogar el abusivo sistema de pensiones; pero el actual director de la CFE, presuntamente para asegurarse el voto de más de 90,000 trabajadores del monopolio estatal en las próximas elecciones, le dio al sindicato como regalo, poner nuevamente en vigencia el costoso y privilegiado sistema de pensiones, en un momento en que no hay dinero para pagar a proveedores del gobierno, comprar medicinas y cumplir con las funciones básicas del Estado: garantizar la paz y a justicia.
El pueblo que tanto dice beneficiar la 4T, es quien cubre, además de las pérdidas de esos dos monopolios, las inmorales y desiguales pensiones, que deberían ser las mismas a las que reciben los trabajadores pensionados por empresas privadas.