El médico internista, Arturo Salas, recomendó a la población observar muy bien el proceso que sigue personal del sector salud cuando les aplican la vacuna contra el COVID-19, en los módulos que se instalan con ese objetivo.
“Lo que tiene que hacer la gente es ver que efectivamente estén sacando líquido del frasquito contenedor de la vacuna, que lo estén introduciendo a la jeringa y que esa jeringa sea la que le van a aplicar en el hombro a usted”.
A los adultos mayores les sugirió hacerse acompañar de personas jóvenes para que puedan estar atentos que realmente les pusieron la dosis.
Sin embargo, el experto reconoció que resulta “muy difícil” certificar que el líquido que contiene el frasco corresponda al biológico verdadero.
“Tendríamos que checar que el frasquito efectivamente sea el frasquito original, pero ya sabes que últimamente hay vacunas hechas en algún laboratorio marca patito”.
Ante ese escenario el gobierno tiene toda la responsabilidad porque fueron las mismas autoridades quienes han “acaparado” los lotes que se producen, evitando que lleguen a la iniciativa privada.
“Si a usted le toca, cheque perfectamente que le pongan la vacuna, cheque perfectamente el frasquito de donde saquen el líquido que le van a introducir y supervise las molestias que puedan aparecer después de la vacuna”.
Existe la posibilidad de que se presente dolor después de la aplicación, molestas, fiebres y un cuadro de catarro. Recordó que la segunda dosis de la vacuna puede ocasionar mayores molestias que la primera.
Cabe recordar que el pasado viernes en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional una voluntaria simuló inyectar a un adulto mayor con una jeringa vacía. El hecho fue difundido en redes sociales.