Barloventeando
La Coordinación General de Puertos y Marina Mercante enfrentó un dilema, la solución puesta en manos del ingeniero responsable de dicha coordinación, fue decidir si los mexicanos somos capaces de tomar decisiones técnicas para proyectar el desarrollo del país, o ante cada problema que se presenta, deberemos acudir con humildad a técnicos extranjeros para que hagan lo que nosotros no somos capaces de hacer o no queremos hacerlo. Con muchas críticas y denostaciones, se han realizado magníficas obras marítimas, todas criticadas por los ignorantes de lo marítimo, pero al final de cuentas funcionan, sin muchos análisis, pongo como referencia lo hecho en Alvarado y lo que se hace con la ampliación portuaria de Veracruz, los señalamientos centraron la crítica en la invasión de la Bahía de Vergara que poca o nula utilidad daba al puerto o a los pescadores. La crítica favorable se defiende argumentando la empleomanía generada, pero eso es pecata minuta, los beneficios del puerto trascienden el empleo y muchos otros beneficios proporcionan.
La ingeniería portuaria, se caracteriza por la necesidad de recurrir a modelos escala que reproduzcan o simulen las condiciones que se dan en forma natural en los mares, ríos o lagunas, el empirismo codificado en precisas estadísticas cuenta mucho, quien ha cometido errores, toma experiencia, inapreciable tesoro para evitar la repetición de los yerros, al igual que en todas las áreas de la ingeniería, existen paradigmas que se toman en cuenta al proyectar una instalación portuaria, la naturaleza demanda el cuidadoso análisis del comportamiento de Corrientes, mareas, oleaje, vientos, periodicidad de los fenómenos meteorológicos, en fin, son tantos los factores concurrentes para hacer o proyectar una instalación portuaria, que lo que técnicos como los holandeses han hecho merece reconocimiento universal.
Válido para Holanda lo que han hecho los ingenieros portuarios holandeses, lo que ya no me parece válido, es que el prestigio ganado construyendo diques y rellenando el mar para casi duplicar su territorio, lo quieran presentar como paradigma o argumento para conformar figuras arquetípicas merecedoras de ser repetidas en todo el mundo, precisamente las condiciones físicas diferentes y cambiantes que se deben atender para diseñar un puerto, hacen que la cultura marítima holandesa no tenga siempre el peso que le pretenden dar los holandesas y sus técnicos, andan por todo el mundo experimentando y pontificando a expensas de la economía de otras naciones, en México nos han dado muestra de su gran capacidad para ganar terreno al mar y ganar dinero para las empresas holandesas, va un ejemplo:
Hace aproximadamente 60 años el gobierno mexicano decidió construir un puerto modelo para impulsar el desarrollo pesquero, con la xenofilia que nos es propia, se recurrió a técnicos alemanes y holandeses para que nos dijeran que deberíamos hacer, un técnico alemán que trabajaba para un grupo empresarial alemán, el doctor Uldrich Shmidt, recomendó que el puerto a construir se erigiera en Alvarado, Ver., ¡AGUAS!
Marzo7 de 2021 [email protected] Luis Martínez Wolf