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Contaminación de litorales. Hay solución Parte 3

Por Luis Martínez Wolf

Barloventeando

    Cuando hablamos de contaminación de los océanos por hidrocarburos pensamos invariablemente en los grandes derrames producidos por naufragios y consecuente rompimiento de casco de los buque tanques, también nuestra mente asocia como importante causal de la contaminación oceánica el descontrol o explosión de un pozo petrolero explotado en el lecho marino, más en el caso que deseamos abordar que el Golfo de México, un mar casi cerrado, es de capital importancia tomar en consideración la contaminación acumulada por diversos fenómenos y acciones varias entre los cuales quisiéramos destacar como muy importantes o trascendentes los siguientes:

    1.- Lavado de tanques de los grandes buques transportadores del crudo producido en el Golfo de México.

   2.- Achique de sentinas con arrastre de aceite usado de los miles de pesqueros que trabajan en el Golfo de México.

   3.- Escurrimiento hacia el mar de aguas residuales no tratadas en los grandes centros urbanos del Golfo de México y que incorporan entre otros contaminantes el aceite sucio recambio de aceite de varios millones de automóviles.

    A pesar de las rigurosas normas que existen para el lavado de tanques de los grandes buques transportadores de crudo, y la creación de los sistemas para la separación de aguas aceitosas de sentinas, continúa la irresponsable y criminal práctica de arrojar estos contaminantes en altamar. Aunque el control ha llegado a la sofisticación de vigilancia por satélite, no ha sido suficiente, en nuestro caso, y como reglamento nacional para la protección de las aguas litorales, podríamos considerar la creación de una Comisión supervisora protectora del medio ambiente que regulará la entrada de barcos petroleros al Golfo de México y mantuviera control sobre los que practican cabotaje.

    Al igual que como abordan los barcos los Prácticos cuando entran en aguas jurisdiccionales de un puerto, el cuerpo de inspectores que operarán, en coordinación internacional, abordarán los buques en puntos de control situados en Contoy, México, cabo San Antonio, Cuba y Key West, Florida, procediendo a una rigurosa inspección de los equipos y procedimientos anticontaminantes; barco que no cumple no entra al Golfo de México. El procedimiento parecerá caro, pero mucho más caro resultará al hombre rehabilitar nuestros océanos.

   Si consideramos que en el Golfo de México laboran en faenas de arrastre aproximadamente 4,000 barcos pesqueros y que tiene un gasto de aceite de recambio de aproximadamente tres litros por día por barco durante 200 días de faena al año, y si consideramos las pérdidas adicionales por fuga, resulta que se arrojan al mar aproximadamente 3,400 toneladas de contaminantes al año, incluyo para llegar a estos valores la nada despreciable cantidad que arrojan otros miles de embarcaciones menores que sigue la misma nefasta costumbre, operación colmena, mas no para juntar miel sino para producir contaminantes del mar. “AGUAS!

Marzo 2 del 2021          [email protected]          Luis Martínez Wolf