PIENSO, LUEGO ESCRIBO
Por Akiles Boy*
En estos tiempos, en que el encierro nos hizo más aficionados a la televisión, pasamos una hora o más, frente a la antes llamada con desdén “La caja idiota”, viendo series o películas de todo género y nacionalidad que se transmiten a través de las plataformas de streaming. Pero hay otra extensa barra de programas, bueno, me refiero a los que pueden gozar de canales adicionales a los tradicionales de la televisión abierta, es decir al servicio de TV por cable. Ya sabe Usted, la cantidad de canales depende del paquete que contrate, hay desde el básico que ofertan las empresas cableras, que por cierto, se ha convertido en un buen negocio, por el atractivo mercado y demanda que existen en México y en el mundo.
En esa barra está el programa la Hora Hola, del canal español que tiene la misma marca de la legendaria revista del corazón HOLA, que ahora es una franquicia, porque se publica en varios Países de Hispanoamérica, por cierto, su contenido también considera temas de las realezas que perduran en el planeta. En ese espacio, por casualidad me entero de la vida de uno de los íconos de la música en España, la ya veterana Josefa Flores González, más conocida como Marisol o Pepa Flores, que brilló como cantante y actriz en los años sesentas y hasta la primera mitad de los ochentas del siglo anterior.
Destacada en esa época por su belleza, voz y virtudes histriónicas, fue una de las máximas figuras de España en la música y la cinematografía. Eso lo recuerdo muy bien, por sus canciones y películas que se vieron y escucharon en el México de esos años. Sin embargo, la parte que me resultó más interesante de su vida, fue su incursión en asuntos políticos y más su afiliación al Partido Comunista Español, y no solo eso, sino que su activismo rebaso las fronteras de sus País y trascendió en Europa y Latinoamérica.
Prueba de eso fue que se casó en la Habana, Cuba, con el bailarín y coreógrafo, también español, Antonio Gades, siendo los padrinos del enlace, el mismísimo Comandante Fidel Castro y la Primera Bailarina y Directora del Ballet Nacional de la Isla, Alicia Alonso. Sus últimas participaciones en el cine fueron en las cintas “Bodas de Sangre” (1981) y Carmen, (1983), dirigidas por Carlos Saura y “Caso Cerrado” (1985) del director Juan Caño. En 1986 al terminar su relación con el bailarín, se retira del mundo artístico, abandona también la actividad política, y regresa a su pueblo natal, Málaga, para vivir en el anonimato, alejada de los medios de comunicación.
No es la primera historia de vida que encontramos con esos matices, en donde se vinculan por convicción, por accidente o por mera conveniencia el arte y la política con su ingrediente ideológico. Yo no recuerdo casos exitosos o que sirvan de paradigma para las nuevas generaciones. Hombres y mujeres sobresalientes en las letras o en la esfera intelectual, en cualquier parte del mundo, cuando deciden o son convencidos por aduladores o perversos cortesanos, que abundan en la política, para participar en ese terreno de arenas movedizas, han tenido rotundos fracasos, sufrido dolorosas derrotas o desempeñado tristes papeles, y terminan siendo impopulares o repudiados por sus pueblos. Uno de los más patéticos que tengo en la memoria, es el revés endilgado a Mario Vargas Llosa, cuando compitió en las elecciones presidenciales en su País, Perú, frente al después enjuiciado y encarcelado Alberto Fujimori. Esa, seguro es una historia de muchas, con ese resultado, en ese tema de la política, sus tentaciones y cualidades seductoras. Por otra parte, mucho se habla del escaso aprecio de los políticos, cuando son gobierno, por la cultura y el arte, que se ve reflejado en los precarios presupuestos para ese sector. Pero eso, es materia de otros reiterados análisis. Hasta la próxima.
Febrero 9 de 2021
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.