Francia impondrá un toque de queda a partir de las 20:00 (hora local) desde el 15 de diciembre, incluyendo la noche de Año Nuevo, para contener los contagios de covid-19, anunció este jueves el primer ministro Jean Castex. La medida culminará a las 6:00 AM.
La fiesta de fin de año “concentra todos los ingredientes de un rebrote epidémico” (…) “tendremos que respetar la regla del toque de queda y habrá quedarse en casa el 31 de diciembre”, indicó Castex.
No obstante, se hará una excepción para la noche de Navidad. En ese caso, el Gobierno reclamó prudencia y responsabilidad, limitando las reuniones a seis adultos.
Por otro lado, Castex informó que las salas de cine, teatro, espectáculos, casinos y museos de Francia no reabrirán como estaba previsto el próximo martes, sino que deberán esperar hasta principios de enero. También permanecerán cerrados hasta entonces los estadios de fútbol.
“A partir del próximo martes, como habíamos anunciado, pasaremos a una nueva etapa, pero las reglas serán más estrictas. Pero los establecimientos públicos que iban a reabrir permanecerán cerrados tres semanas más”, dijo Castex en una rueda de prensa, en la que explicó que no se dan todavía las condiciones sanitarias para proceder con las reaperturas.
El presidente Emmanuel Macron había condicionado la flexibilización del confinamiento a partir del 15 de diciembre a una reducción de los contagios diarios a 5.000. Sin embargo, considerando que las cifra han oscilado entre los 14.000 y 15.000 positivos durante los últimos días, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, anticipó este jueves que este objetivo “no se cumplirá”.
Más allá de ello, Castex destacó que la situación general ha “mejorado considerablemente”, teniendo en cuenta que a la hora de aplicar las medidas restrictivas el país galo estaba registrando alrededor de 50.000 positivos por día.
La estabilización de los contagios en torno a los 10.000 diarios, el doble del objetivo establecido por el Gobierno en noviembre, ha llevado al Ejecutivo a ampliar a partir del martes el período de toque de queda, con lo que se iniciará una hora antes de lo previsto inicialmente.
“Estamos en una suerte de meseta. Sabemos que cuanto más multiplicamos los contactos en espacios cerrados, mayores son los riesgos. Por ello queremos limitar la ocasión de reunirse en casa de unos y otros. Todavía no salimos de la segunda ola”, dijo Castex.
“Estamos todos tomando las decisiones necesarias para proteger Navidad y las fiestas familiares, para evitar un rebrote de la epidemia”, dijo por su parte Macron desde Bruselas, donde participa a una cumbre con sus socios europeos.
En medio de una segunda y más virulenta ola de contagios, Francia ya superó los 2,37 millones de casos positivos, la quinta cifra más alta a nivel global. También registra 56.752 muertes, lo que ubica al país séptimo en la lúgubre lista.
La intención del Ejecutivo es evitar un repunte de la epidemia en enero, como ha sucedido en Canadá y Estados Unidos tras las fiestas de Acción de Gracias, y, por otro lado, impedir que la dinámica epidémica crezca al no permitir concentraciones ciudadanas en salas cerradas, como ocurre por ejemplo en museos.