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Dos historias: Rosario y Cuitláhuac

Por: Hector Saldierna Martinez

Dos historias: Rosario y Cuitláhuac

Rosario Robles Berlanga, detenida hace varios meses por el presunto fraude de la estafa maestra, ha tomado la decisión de declarar para obtener categoría de testigo protegido. Con ello, se vislumbra la fuerte posibilidad que denuncie finalmente a sus jefes inmediatos: Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray.

Fueron muchos meses que Robles Berlanga, quien fue la secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, se abstuvo de hacer denuncias de los altos mandos, a pesar de estar involucrada en uno de los actos más grandes de corrupción generados en un gobierno.

Todo parece indicar que esta semana será clave en las denuncias que deberán conducir hacia los culpables de toda la red de complicidades que se tejió para el desvío de miles de millones de pesos.

Se llegó a los extremos casos de compañías fantasmas, cuyos gerentes eran gente humilde, de colonias alejadas y que sus nombres habían sido usados para este tipo de estafas. Igual ocurrió con un gran número de universidades públicas que sirvieron como fachada para recibir recursos que supuestamente se orientarían hacia proyectos de investigación.

Sucedía que se quedaban con una simbólica cantidad y el resto se destinaba hacia destinos fantasmas que nunca se supieron. Fue una acción fraudulenta que empañó el prestigio de diversas universidades públicas y tecnológicos dependientes del Tecnológico Nacional de México.

De hecho, la administración de Enrique Peña Nieto, se ha dicho hasta el cansancio, ha sido el régimen más fraudulento y corrupto que se haya conocido en la historia moderna del país y cuyos alfiles, los gobernadores de varias entidades, no se cansaron de robar y de desviar miles de millones de pesos hacia sus cuentas personales, según se ha constatado en diversos despachos periodísticos y denuncias que se han documentado y acreditado debidamente.

CLAROS OSCUROS

El Informe de Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez ha sido polémico por diversas razones. Casi no se destacan sus logros y más bien todo se orienta hacia su falta de dicción y de pensamientos coherentes. Hay una parte del Informe, que se ha hecho viral, que se refirió al proyecto aéreo del tren México-Toluca. Tal vez fue una distracción del mandatario.

Un hecho es definitivo: no cuenta con un equipo eficiente de comunicación social o tal vez no les otorguen los recursos para difundir adecuadamente los logros y aciertos de la administración.

Porque sí deben existir logros. Poco se conoce sobre los proyectos de infraestructura carretera, del respaldo que ha otorgado a la Universidad Veracruzana, que es su alma máter, así como los apoyos que ha brindado o prometido hacia instituciones de gran relevancia como lo es el Ilustre Instituto Veracruzano.

De igual manera se observó que el informe que presentó su secretario de Finanzas, José Luis Franco Lima, fue muy concreto y obtuvo la aprobación de los miembros de la Legislatura, incluyendo a los partidos de oposición.

En contrapartida, cuenta con un secretario de Gobierno, Erick Cisneros que, en realidad, poco le ha ayudado. Más bien tiene una tendencia hacia el conflicto y no son pocos los alcaldes que no se expresan adecuadamente del funcionario estatal.

A este tipo de servidores públicos se les olvida que su misión precisamente es la de servir, funcionar como ejes de diálogo y de conciliación. Como decían los antiguos, tejer fino y fomentar las buenas relaciones. Pero no ha sido así y, entonces, sí el gobernador Cuitláhuac carece de oficio político y quienes lo rodean no lo tiene, entonces poco se abona en la causa del gobierno estatal.

En el inicio del tercer año se requiere de más talento y más atención hacia las demandas ciudadanas. Es conveniente rodearse de personas con más experiencia y con el suficiente tacto político para llegar hacia un buen puerto los próximos cuatro años. 

Vivimos una administración pública inédita. Veracruz siempre se había caracterizado por sus grandes políticos y ahora las circunstancias pintan una realidad muy distinta.  El gobernador tiene que tomar un cursillo intensivo de relaciones públicas y de oratoria para mejorar sus relaciones personales. No estaría de más que acudiera con los Toastmasters para que le enseñen algunas técnicas de hablar en público, porque precisamente el hablar es la principal herramienta de un político.

O acudir con políticos de buena cepa que tienen todos los elementos para aconsejar adecuadamente a un gobernante que, por ahora, se ha extraviado en el complejo mundo de la política. No es para menos y no se le puede culpar porque ganó -tal vez inesperadamente- la gubernatura en buena medida por el arrastre del candidato presidencial y por el hartazgo de la ciudadanía de partidos como el PRI y el PAN que en sus últimas ediciones han decepcionado al respetable.

Y, desde luego, reconocer el trabajo de los medios de comunicación: periódicos impresos, virtuales, la radio, televisión, las redes sociales y todo lo que sea comunicación que forma un todo. No puede soslayarse a ningún medio y tampoco se puede pensar que todo se resuelve a través del Facebook o de twiter. Son únicamente parte de un conglomerado y no creer que lo virtual les va a resolver la función de comunicar.

Se debe reflexionar que muchos medios no llegan a determinadas personas. Y en muchos lugares tampoco llegan los face ni los twiters. Son audiencias a las que deben llegar a través de otros mecanismos, posiblemente simples, pero de gran eficacia. 

Tampoco soslayar la importante tarea de la prensa. Y sí lo quieren ver desde una perspectiva social, entonces hay que reflexionar que los medios de comunicación también generan fuentes de empleo. Éstos deben ser conservados y más en tiempos de pandemia.

Y hasta la próxima.