Prosa aprisa
¿De cuándo acá a millones de mexicanos de veras les interesan los procesos electorales presidenciales de los Estados Unidos?
¿Es que de veras saben mucho de demócratas y republicanos, del sistema de conteo que practican allá, del burro y el elefante?
¿Es que analizaron con mucho cuidado las cualidades de Biden y de Trump, los pros y contras de uno y otro y por eso se inclinaron a favor del primero?
No. Con sus excepciones, claro está, una inmensa mayoría quería que ganara Biden simple y sencillamente para llevarle la contra a López Obrador, que tomó partido por Trump.
La derrota de “Trum” (dijera el tabasqueño) alcanza a AMLO. Fue a Estados Unidos, el único país al que ha viajado, para hacer campaña a favor del republicano.
¿Con qué cara buscará ahora al nuevo presidente norteamericano?
Muchos mexicanos, pues, harán suyo el triunfo de Biden y lo celebrarán como si hubieran participado en forma directa en las elecciones del vecino país.
Todos los opositores a “Andrés” y quienes no están de acuerdo con su forma de gobernar lo tomarán como una derrota para el gobierno de la 4T, ¿la segunda derrota electoral –tras la de Coahuila e Hidalgo– luego de que llegó a la presidencia y un anticipó del resultado electoral de 2021?
¿Les recuerda a alguien en México el que Trump pida ahora que se cuente “voto por voto” (¿y casilla por casilla?) en Wisconsin, donde perdió?
Anoche, al cerrar este breve texto, al demócrata le faltaban solo seis votos para alcanzar la cifra mágica de 270, necesarios para proclamarse nuevo presidente norteamericano.
Lo favorecían las proyecciones de las cadenas CBS, CNN y NBC, del vecino país. “Trum” pataleaba. Dijo que impugnará en tribunales. Con el resultado en Nevada este jueves, si favorece a Biden, se habrá decidido todo.
Algo que me gustó es que, por las modernas comunicaciones, muchos jóvenes mexicanos que antes no se interesaban en las elecciones de los Estados Unidos (y en general casi de ninguna), ahora han estado muy pendientes.
Alguna enseñanza les (nos) debe dejar. ¿Hay mejor encuesta en la que participa una amplia mayoría –más de 71 millones de votos de quienes votaron a favor de Biden– y no un remedo de encuesta de solo 1,500 personas y decir que con eso se dio un sí a una iniciativa del hombre en el poder?
La Tía Chofi
Desde el primer incidente que tuvo doña Chofi Martínez con los magistrados, de adentro me comentaron que sufrió un soponcio y tuvo que requerir apoyo médico o de paramédicos.
Doña Chofi (¿Ha leído “Tía Chofi” el bellísimo poema de Jaime Sabines? Se lo recomiendo) sigue peleando un cargo al que ya no va a regresar luego de que la depusieron, porque así es el sistema político, y sus detractores la quieren llevar ahora a juicio político.
Antes, ese tipo de problemas lo resolvían a satisfacción de las dos partes. Por ejemplo, se hubiera ido sin chistar, pero a cambio la hubieran sacado por la puerta grande con el pretexto de que su salud la obligaba a irse, le hubieran rendido un gran homenaje, le hubieran ofrecido una jubilación más que decorosa, le hubieran entregado dos, tres concesiones de placas de taxi, le hubieran dado un jugoso “bono en efectivo” y le hubieran dado plazas en el gobierno a sus hijos. No le han dado ni agua y todavía la quieren entambar. ¿Quién opera desde el Palacio?
Lector, aquí la dejo. Desobedecí al médico que me recomendó reposo absoluto mientras me repongo de un desajuste que he tenido. Ni modos. Mañana intentaré seguir, si me lo autoriza.
Yo no por llevarle la contra a AMLO sino porque, por ejemplo, quiero que los más de 500 niños migrantes separados de sus padres y detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos vuelvan a reencontrarse y a unirse, espero que se confirme el triunfo de Biden… Y porque me despierta esperanzas Kamala Harris. Esperemos.