Abriendo Brecha
Intacta la teoría de cipolla
Por: Héctor Saldierna
El signo ideológico ha sido la constante en el tema de la pandemia que afecta a México y al planeta entero. No han cesado las diferencias y en lugar de empujar hacia un mismo objetivo, se tuercen los caminos y cualquier error o confusión en la política de comunicación de la pandemia es aprovechada para arremeter.
Hugo López Gatell, vocero de la pandemia, expuso el miércoles 3 de junio una cifra que sustentó como una cantidad acumulada: más de 11 mil decesos en el país, con lo que creció el número de casos y ello fue suficiente para publicitar que la situación se ha complicado.
Al día siguiente, en la Cámara de Diputados, fue fuertemente cuestionado hasta por los detalles del cubre bocas. En general, habla de una diferencia ideológica y que hay guerra sin cuartel, donde no habrá ningún tipo de tregua y ningún logro será reconocido por la oposición.
En los hechos el país todavía no está preparado para salir a la calle y lo más recomendable es que prosiga el confinamiento, aunque por las urgencias de carácter económico cientos de empresas ya han reanudado sus actividades.
En las diversas regiones del país no se observan áreas libres del virus, por lo que es necesario continuar con las medidas preventivas de distanciamiento social, lavado frecuente de manos y el uso del cubrebocas para evitar la contaminación a través de las partículas de saliva.
Las giras del presidente López Obrador también han sido motivo de crítica porque se considera que no es conveniente que mande un mensaje a la población en un sentido inverso de protección. Aunque, por otro, se aduce que es urgente empezar a dinamizar la economía.
EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
No se debe olvidar que las epidemias están frecuentemente asociadas con la explosión demográfica y es que en la actualidad la población mundial asciende a 7 mil millones de personas que evidentemente requieren de alimentos, satisfactores de vivienda, el desgaste de recursos naturales y una serie de asociaciones que contribuyen a la contaminación del planeta.
Carlo M. Cipolla fue un catedrático de historia económica de la Universidad de Pavía, especializado en asuntos de Población y fue entrevistado en 1973 por Editorial Salvat que editó un libro sobre La Explosión Demográfica.
Decía: el crecimiento de la población en América es del 3 por ciento anual. A nivel mundial, sí no se controla ese crecimiento, la población se doblará cada 23 años.. La población crece con intensidad mucho mayor en las áreas que ya son muy pobres, y en ellas se produce un fenómeno de pobreza creciente que se relaciona con la excesiva concentración de población, creando condiciones socioeconómicamente explosivas..
Pero luego empezamos a darnos cuenta que el exceso de población desde otros puntos de vista y que, aparte de la posibilidad de morirnos de hambre, existían otros peligros no menos terribles. Podríamos encontrarnos con una epidemia que nos sorprendiera desprevenidos, (como ahora ocurre) y que cuando llegáramos a tener vacunas contra ella hubiera causado ya la muerte quizá de media humanidad..
Podríamos considerar también que la vida en algunas grandes ciudades pueda tal vez llegar a ser insostenible, tanto debido a la contaminación como al incremento de la delincuencia y las tensiones sociales.
Carlo Cipolla siguió reflexionando: Yo sospecho que algún virus puede llegar a causarnos mutaciones inesperadas. Tal virus, con la velocidad e intensidad del transporte actual, se extendería de tal modo que, en caso de ser mortal, mucha gente moriría en los primeros meses sin dar tiempo a preparar ninguna defensa…
Sí se tratase de un virus mortal moriría 10 o 20 por ciento de la población.
Autor de la Historia Económica de la Población Mundial, agregó:
Un ejemplo histórico lo tenemos en la evolución de la población europea de los años 100 al 1500, como consecuencia de la peste negra que, en 1348 y 1349, asoló a Europa. Dicha epidemia fue debida a la crisis económica motivada por la superpoblación del campo y el agotamiento de tierras productivas que el crecimiento demográfico había obligado a poner en explotación. La peste negra afectó especialmente a las ciudades, donde la aglomeración de los habitantes, la inexistencia del control sanitario y el mal aprovisionamiento favorecieron el contagio..
Estos conceptos de Carlo Cipolla son muy actuales y las teorías que esbozó en su momento para Salvat se encuentran prácticamente intactas y conforman la geografía del panorama que ha causado la epidemia y su adherente explosivo del exceso de población que nos ha llevado hacia estados de vida cada día más complejos, aderezado con malas políticas económicas y las fuertes tensiones sociales en las grandes ciudades.
Y hasta la próxima.
Leave a Comment
You must be logged in to post a comment.