Ante el confinamiento social por la presencia del virus COVID-19, el crimen organizado y los defraudadores han reaccionado de manera inmediata a esta nueva realidad. La actividad delincuencial en línea se ha incrementado; así como, los fraudes financieros, la usurpación de identidad, la presencia de software malicioso; o bien, la venta de productos que no cumplen con las normas oficiales. ¿Qué podemos hacer?
En toda crisis, siempre hay ganadores y perdedores. El estado de imprevisibilidad creado por la presencia del COVID-19, ofrece una gran oportunidad para los defraudadores en México y en el mundo, quienes saben aprovechar cada momento para sorprender a sus víctimas, especialmente, abusando del miedo y la ansiedad de la sociedad.
En virtud del confinamiento en nuestros hogares con el propósito de evitar el contagio del virus COVID-19, ha implicado, entre otras cosas, el mayor uso de las herramientas informáticas para realizar pagos de servicios, como lo son: agua, luz, telefonía, sistemas de cable y entretenimiento, compras de alimentos u otros bienes, pagos a tarjetas de crédito, transferencias bancarias, entre otras operaciones.
El incremento de las actividades en línea, ha sido propicio para que se lleven a cabo todo tipo de fraudes, tales como: financieros, usurpación de identidades, creación de sitios web falsos, envío de correo electrónicos maliciosos aprovechando los esquemas de trabajo a distancia denominado “home office”, estafas de suministro de alimentos, estafas de caridad, etc.
Hace unos días, por ejemplo, conocimos que la empresa 3M denunció la presencia de distribuidores fraudulentos de cubrebocas N95, recomendando que no sean comprados en redes sociales, ni de forma individual, sin su empaque original. Cabe destacar que, si bien, las autoridades sanitarias han recomendado que este tipo de mascarilla es de uso exclusivo para el personal de los hospitales, podemos ver, de manera regular, a personas en las calles con este tipo de cubrebocas. La empresa 3M recomendó a los compradores revisen si la mascarilla tiene productos faltantes, olores extraños, válvulas bloqueadas o palabras mal escritas; por lo que fue necesario que dicha empresa creara un sitio web para presentar denuncias.
De igual manera, conocimos que millones de cuentas de la plataforma de video llamadas Zoom se venden en la dark web. Esta plataforma se hizo muy popular a raíz del confinamiento social, y que ha sido utilizada como un medio para llevar a cabo conferencias de trabajo, educativas o con fines sociales. Una de las vulnerabilidades según los expertos, es que los usuarios de este tipo de plataformas, acostumbran a utilizar la misma contraseña y correos para todas sus cuentas, por lo que los ciberdelincuentes los utilizan bajo el esquema de prueba o error, para acceder con estos mismos datos a otros sistemas, como lo puede ser el bancario o de servicios.
Actualmente, quienes corren con mayor riesgo son los niños y jóvenes, que al permanecer más tiempo en casa, hacen un mayor uso de las redes sociales, pudiendo ser presa fácil y proporcionar sus datos o fotografías a personas encubiertas, por lo que es muy importante mantener una adecuada vigilancia, a efecto de evitar que su información o datos, puedan caer en redes de pornografía infantil, o trata de personas.
Por otra parte, es posible que se eleven los casos de corrupción en virtud de esta pandemia, los fraudes de proveedores de medicamentos, pruebas rápidas falsas, insumos médicos que no reúnen los estándares establecidos por las normas internacionales, adjudicaciones a empresas sancionadas o inhabilitadas; así como, compras a nivel nacional o internacional a sobre costos, no serán la excepción.
En razón de lo anterior, nos cuestionamos, si las autoridades responsables del control y la fiscalización superior están trabajando de manera conjunta, para definir “Los Modelos de Riesgo” que se pueden presentar en las actividades y operaciones de carácter financiero que llevan a cabo los entes públicos ante esta pandemia. Cuáles son las medidas de control y de prevención establecidas para evitar fraudes y hechos de corrupción en estos momentos.
Finalmente, ¿Qué podemos hacer para evitar ser víctimas de fraudes? Inicialmente, debemos ser desconfiados de toda aquella información desconocida que recibamos de manera electrónica, por lo que es importante verificar que nuestros equipos cuenten con los programas (software) antivirus y malware instalados y actualizados. Asimismo, verificar las páginas que se utilicen para el pago de servicios. No utilizar la misma contraseña o correo electrónico. Cambiar constantemente sus claves o password. Si hay niños y jóvenes en casa, vigilar sus redes sociales.
Igualmente será importante, estar informado respecto de las tendencias o estafas relacionadas con el COVID-19; por lo tanto, además de cuidar de nuestra salud, debemos proteger nuestro patrimonio y los datos personales de nuestra familia. Evite ser víctima de un fraude.
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M.C. María Evelia López Maldonado
Consultora. Maestra en Ciencias con Especialidad en Administración Pública, por el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Licenciada en Derecho, por la Universidad Veracruzana. “Visitante Internacional 2003”, “Programa Anticorrupción y Fiscalización Gubernamental”, Departamento de Estado del Gobierno de Estados Unidos de América.
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